Ya sabemos que esta no es
la cuesta de enero, pero desde luego, es agotadora.
La vuelta a la rutina
después del verano nos afecta a todos, niños y mayores. Y desde finales de
agosto, comenzamos con los quebraderos de cabeza, que si hay que comprar ropa,
calzado, uniformes (no es mi caso), libros, material escolar... un sinfín de
cosas que nos obligan a mirar con lupa de donde
podemos "arañar" un poquito....
Es verdad, que si somos
previsoras y nos organizamos con tiempo, podemos ahorrar en muchas cosas que a
primera vista pueden parecer insignificantes, pero "un poquito de aquí, un
poquito de allá" son muchos "poquitos".
Todos conocemos un montón de trucos y consejos para ahorrar en esta tan
temida "cuesta de septiembre"; desde apuntarnos al programa
"releo", una fantástica iniciativa (de la que yo estoy encantada),
comprar en rebajas para el curso siguiente (de la que yo soy asidua), comprar
una talla más grande para que a los peques les aguante un poquito más (también
lo hago), revisar esas interminables listas de material escolar para ver que tenemos que comprar realmente.... Pero yo tengo un teoría, hay cosas
que reciclo, que reutilizo....pero también entiendo,
porque todos hemos sido niños que, ¿a quién no le gustaba estrenar unos rotus,
un estuche, una goma...?, así que también hay que pensar en ellos, es "su vuelta al cole".
Yo he elegido estos tres trucos de ahorro:
Teníamos en un cajón un montón de bolsas
llenas de pinturillas (como seguro, la mayoría de vosotras), una más nuevas, y otras no tanto. Así que, aprovechamos una de las "últimas tarde de verano" para hacer pequeños lotes de unas 12
pinturillas por juego. Unos nos los quedaremos nosotros, y otros, los entregaremos
en el cole por si algún niño los
necesita.